LA AUTOFAGIA ES UN PROCESO CELULAR, NO SISTÉMICO
Además debemos entender que los diferentes estímulos inductores de autofagia (no sólo el ayuno) afectarán de forma disímil a los distintas poblaciones celulares de órganos y tejidos (aunque hablemos en brocha gorda). En ese sentido, el ejercicio físico tendrá un importante impacto como inductor de autofagia en la fibra muscular pero el ayuno, por su parte, poco impacto en la misma a no ser que aumentemos en gran medida las horas invertidas en la deprivación alimentaria. De igual manera, el ayuno tendrá un importante papel en la inducción de la autofagia en células de órganos y tejidos relacionados con la digestión, mientras que el ejercicio tendrá un menor efecto, a excepción por ejemplo del hígado (por su importante papel durante el ejercicio de cierta duración/intensidad).
En esta línea cabe destacar que los modelos murinos tienen un metabolismo más rápido que los humanos y, por ejemplo, 24 o 48 horas de ayuno suponen un impacto mayor en ellos al compararlos con nosotros. Además, debido a la necesidad de tomar muestras para analizar diferentes marcadores directos de dicho proceso, hay mucho que desconocemos en humanos, más si cabe por la dificultad de extrapolar los diferentes modelos de estudio. Sin entrar a valorar las distintas respuestas en base al sexo, edad, condición física, estado de salud…
En resumen, podéis mandar a pastar a quien os diga que el ayuno induce la autofagia (si más explicaciones) y concretando, además, a una escala temporal general (¿en humanos?) o para tejidos como por ejemplo el cerebral(¿en humanos?).
Training state and skeletal muscle autophagy in response to 36 h of fasting (Dethlefsen et al., 2018).
Exercise-mediated modulation of autophagy in skeletal muscle (Martín-Rincón, Morales-Álamo y Calbet, 2018).
Exercise, Autophagy and Chronic Diseases (2021) Editor: Nin Chen. Editorial: Springer.
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