HIPOXIA NUTRICIONAL ADIPOSA
O dicho de otra manera, como una mala alimentación puede inducir a modificaciones en el comportamiento intracelular de los adipocitos que los lleve a un estado de hipoxia e inflamación.
Cuando hablamos de hipoxia del tejido adiposo usualmente hacemos referencia a aspectos de las vascularización del mismo (en este caso por deterioro) y alteraciones de la presión parcial del oxígeno en el tejido. Estos factores generan una inadecuada oxigenación del tejido. Pero quizás no hemos prestado suficiente atención a lo que ocurre dentro del adipocito en condiciones independientes a esos factores por efectores nutricionales. En ese sentido, Lee y colaboradores en 2014 notaron que ante una mala ingesta alimentaria (dieta elevada en ácidos grasos, esencialmente de corte palmítico) se estimulaba en el adipocito la adenina nucleótido translocasa 2 (ANT2), una proteína de la membrana mitocondrial interna que generaba un estado respiratorio desacoplado (esto es, ineficiente) en el que se gastaba mucho oxígeno (O2). Esto provocaba la estimulación del factor inducible por hipoxia 1 alfa que estimulaba a su vez la producción de quimiocinas que llamaban a células inmunes de fuera del tejido. En suma, se generaba un perfil proinflamatorio por proliferación local de células inmunes y diferenciación de las convocadas a un perfil proinflamatorio. Este escenario modifica negativamente la función del tejido adiposo ya en su conjunto.
Los artículos citados son de descarga libre (y muy interesantes, por cierto).
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