A veces me preguntan: ¿Entonces a quien hacemos caso?, aludiendo a la cantidad d…

por | 12 de julio | Entrenamiento, Fisiología, Instagram, Nutrición Deportiva | 0 Comentarios

A veces me preguntan: ¿Entonces a quien hacemos caso?, aludiendo a la cantidad de información contradictora que abunda en redes sociales en relación a salud, nutrición o ejercicio. Mi respuesta es: “pues está la cosa jodida”

Esta jodida por múltiples motivos. Las redes sociales son capaces de lo mejor y de lo peor, aunque lo segundo supera a lo primero con creces. Cada vez más, las redes sociales son un medio de desinformación. A veces pienso que para aquellos que no son expertos en estas materias, es mejor no “informarse” para tener una visión más imparcial que “desinformarse” y creer que se sabe por leer en redes.

Las mentiras y “fake news” se viralizan 10 veces más que las verdades. Pero es que además en relación a salud, existen pocos blancos o negros por lo que no hay verdades únicas, sino diferentes contextos donde aplicarlos. Y esto no se divulga generalmente en redes.

Vendehumos que critican procesos fisiológicos sin siquiera entender cómo funcionan. Engatusar con palabras técnicas que ni ellos mismos entienden. Crear necesidades para luego venderte una solución mágica que por supuesto solo saben ellos.

Creer que sabes sobre un tema es una clara muestra de que no tienes ni puta idea.

A mi o a alguno de mis compañeros nos bastan 3 segundos para identificar a un vendehumos en mi sector, pero la gente en general no puede diferenciarlos. Es normal y es jodido.

En temas que yo no domino, me puede pasar lo mismo. Pongamos de ejemplo la política. La realidad no es más que la transmitan los medios de comunicación en función de sus propios intereses. Mi visión ante estos temas es siempre lo más imparcial posible y tiendo al gris.

Te recomiendo que hagas lo mismo en temas de salud. Tiende al gris y estarás más cerca de la verdad.

No sigas a quien hablé de extremos, a quien fácilmente cree desmontar bases fisiológicas asentadas como el balance energético. Huye de quien se pierda en detalles banales y constantemente cree necesidades nuevas a la gente que solo generan más ansiedad. ¿Andar descalzo? ¿Tomar el sol por ojete? ¿Ondas de los móviles? Mientras tanto la gente no entrena, come ultraprocesados a mansalva y no llega a fin de mes.

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